Deutsche Welle, 15.10.2004
El humor es cosa seria - Risas alemanas: ¿Sólo en carnaval?

La risa es protagonista de un congreso que se celebra en la ciudad de Essen. No sólo humoristas, sino también médicos, pedagogos y hasta filósofos y teólogos abordan allí todos los ángulos del humor.

Que la risa es benéfica, no lo discute nadie. Tampoco que los alemanes no son precisamente famosos por su sentido del humor. Pero también en Alemania el humor va ganando terreno. Es al menos lo que afirma Thomas Holtbernd, organizador del tercer congreso nacional dedicado al tema.

El alma germana

Pero Alemania no sería Alemania si no se enfocara el asunto con suma seriedad. El congreso no se limita, desde luego, a la presentación de comediantes y otros profesionales del ramo, sino que intenta dar una mirada amplia y multidisciplinaria al fenómeno de la risa y sus tendencias. En esta oportunidad no sólo se analizará su efecto terapéutico, probado, por ejemplo, por los payasos que llevan alegría a los niños en los hospitales. La intención, más ambiciosa, es desentrañar los misterios del humor. Por eso también acuden al encuentro historiadores del arte, filósofos y teólogos.

De seguro tendrán bastante que aportar a la discusión sobre las causas de la pesadumbre del alma germana, marcada por un extremo temor a lo que pueda deparar el futuro. Según indicó a DW-World el doctor Michael Titze, director de una organización que promueve la risa terapéutica, «la vida postmoderna se vuelve cada vez más seria. Mucha gente se ve sobrepasada por las decisiones que debe tomar y que determinarán su vida», indica el médico. Y el problema se acentúa en tiempos inseguros como los actuales, en que cunde el desempleo y la incertidumbre.

Indicador de creatividad

Uno de los temas centrales de este tercer congreso nacional es precisamente el factor «humor» en el ámbito laboral. Un aspecto bastante revolucionario en un país en el que, tradicionalmente, las carcajadas no son bien vistas «en horas de servicio». Según Eckart von Hirschhausen, un médico que también se dedica a la sátira política, es necesario que los alemanes se liberen de dichos como «primero el trabajo, después el placer». A su juicio, la idea de que el trabajo y el placer se excluyen es típicamente alemana y puede haber sido acertada antaño, «pero no en la sociedad actual de información y servicio». Von Hirschausen está convencido de que «no hay mejor indicador de la creatividad que el humor». Sin embargo, a los alemanes aún les cuesta bastante reírse, sobre todo de sí mismos. Así lo reconoce Willibald Ruch, uno de los más destacados investigadores de la sicología del humor. «En Gran Bretaña y Estados Unidos, por ejemplo, el humor en la vida laboral cotidiana es mucho más comúnque aquí, donde a menudo se lo asocia a la falta de seriedad », señala. No obstante, niega que los alemanes tengan menos sentido del humor que otros pueblos, asegurando que ése es un mero prejuicio.

ERS